Compartir un cuerpo no impidió que Abigail y Brittany Hensel vivieran la vida al máximo y alcanzaran todas sus metas.
Aunque los médicos descartaron la idea de una vida saludable para los gemelos siameses, atravesaron varias dificultades físicas y una operación bastante complicada. Hoy, 29 años después, sorprenden al mundo entero con su dinamismo y fuerza.
Los cachorros nacieron el 7 de marzo de 1990 en la ciudad de Minnesota. El día de su llegada, llevaron una gran sorpresa a sus padres, quienes estaban esperando un bebé. Aunque la familia Hensel no escuchó esta noticia, ya que las ecografías nunca habían mostrado signos de gemelos o deformidades, inmediatamente se enamoraron de ellos cuando finalmente los conocieron.
El parto había llegado de forma natural, pero los primeros minutos de vida para ambos fueron cruciales; porque estadísticamente, solo uno de los cónyuges logra sobrevivir por fallas de sus órganos vitales.
Aún con la rara posibilidad de la vida, sus padres nunca consideraron la opción de separarlos, ya que implicaba la muerte de uno de ellos o la incapacitación de ambos. Así fue como Abby y Brittany lucharon por sus vidas en todo momento, logrando pasar juntas los mejores momentos de sus vidas.
Los padres de las siamesas siempre buscaron un espacio sano para ellas, pero al mismo tiempo querían que crecieran como niñas normales, por lo que las matricularon en una escuela regular donde aprendieron no solo sobre materias, sino también sobre cómo llevar su vida en sociedad.
Los médicos no explican cómo funciona normalmente su vida, ya que su cuerpo consta de dos cabezas, dos brazos y piernas, dos columnas vertebrales, tres pulmones, dos corazones, un hígado, dos estómagos, tres riñones, un sistema circulatorio común y órganos sexuales comunes.
El vínculo entre ellos es tal que pueden leer sus mentes o tener hambre y sed incluso cuando uno de ellos no lo hace.
Aunque están viviendo sus vidas lo mejor que pueden, Abby y Brittany asisten con frecuencia a citas médicas con cirujanos, pediatras y neurólogos para garantizar su salud.
En una ocasión, el crecimiento acelerado de Abby comenzó, lo que provocó que su columna se estirara demasiado, lo que podría fracturarle el pecho. Afortunadamente, los médicos pudieron detener el crecimiento y salvar la vida de las niñas, ahora Brittany a menudo camina de puntillas.
Aunque comparten el mismo cuerpo, sus personalidades son completamente diferentes. Abby es mucho más tranquila y reservada que Brittany, que disfruta de la compañía de sus amigos.
Hoy, Abby y Brittany trabajan en una escuela primaria donde enseñan diferentes materias. Ambos estudiaron en la universidad para convertirse en maestros, ya que comparten el amor por los niños y la enseñanza.
Así lucen ahora
A través de su actitud, esfuerzo y habilidades para tomar decisiones, Abby y Brittany superaron las adversidades que sus cuerpos les arrojaron.
Estuvieron abiertos a dar sus testimonios durante muchos años, para que la gente los conociera y no fueran juzgados. Sin embargo, hace unos años decidieron salir del ojo público para continuar con sus vidas de manera regular.