El niño cristal forma parte de una generación que promete intervenir en el mundo a través del amor, la paz y la armonía. Por lo tanto, es un niño con una sensibilidad especial, muy vinculada a la empatía.
De hecho, se considera que un niño cristal tiene la capacidad de liderar grandes cambios y llevar al mundo a una nueva etapa más justa y tolerante. Pero, ¿qué hay de cierto en esta teoría? Profundicemos un poco más.
Los niños del tercer milenio
Se dice que la piedra angular para la transformación del mundo son los niños. Desde hace años existe la teoría ─ con cierta inclinación espiritual─ de que la humanidad mejorará gradualmente a través de la alteración genética de una o varias generaciones.
A partir de esta idea, se clasifica a los niños según sus patrones psicológicos y comportamientos inusuales. Algunos creen que la primera generación de niños espirituales llegó a la Tierra en los años cincuenta o sesenta. Sin embargo, sus intentos de mejorar el mundo fueron ignorados.
Como resultado, desde los años 70 hasta principios de los 90, llegó otra generación, conocida como los niños índigo. Estos, por su parte, serían aguerridos y se les conocería como «rompedores del sistema». También tendrían la misión de luchar contra las acciones y actitudes que no provienen del amor.
Los niños índigo también buscarían el respeto por los valores humanos y la honestidad. Sin embargo, hoy en día han aparecido niños con una naturaleza diferente: los niños cristal.
El primero en identificar a esta generación fue Steve Rother, en 1999. En 2002, publicó oficialmente sus hallazgos en un capítulo de su libro Remember. Un manual para la evolución humana.
¿Qué significa «niño cristal»?
«Índigo» o «cristal» no son etiquetas. Se refieren a diferentes niveles de expansión de la conciencia. Esta generación de pequeños está asociada a la vibración cristal, una energía que vibra en todos los seres vivos. Al pasar de un plano de conciencia a otro, la vibración de la persona se eleva.
La frecuencia vibratoria cristalina es una de las formas más puras que tiene la materia para manifestarse. De hecho, la energía cristalina manifiesta el equilibrio exacto entre las polaridades energéticas (masculino-femenino, pensamiento-sentimiento). Así pues, es este tipo de energía el que vibra de forma particular en los niños cristal.
¿Quiénes son los niños de cristal?
Los niños cristal son pacificadores que buscan la verdad y el equilibrio entre lo intuitivo y lo irracional. A diferencia de los niños índigo, que consiguen que la humanidad se centre en el bienestar humano a través del cambio, la misión del niño cristal es la curación.
De hecho, el niño cristal suele ser muy bello, con un aura pura y luminosa, con ojos grandes y muy expresivos. Son niños con dos atributos muy particulares: tienen poderosas habilidades que a menudo se perciben como extraordinarias, y tienen una sensibilidad muy pronunciada a la energía de baja vibración.
¿Cómo es el niño cristal?
Esta generación de niños es tranquila, sanadora, conciliadora, pacífica, cariñosa y compasiva. En el libro Niños Índigo y Cristal. Preguntas y respuestas, se señala que los padres de esta generación de pequeños los definen como «angelitos».
Esto se debe a que tienen un temperamento equilibrado; por ejemplo, les encanta llevar paz, dar besos y abrazos, incluso antes de aprender a hablar. También son muy discretos. Tienden a no destacar y prefieren pasar desapercibidos, a pesar de atraer la atención de las personas sensibles.
En la medicina tradicional, el niño cristalino suele asociarse a ciertos trastornos del desarrollo, como el síndrome de déficit de atención, el síndrome de Asperger o el trastorno del espectro autista. Sin embargo, el pronóstico no tiene nada que ver con las causas de su comportamiento; simplemente, estos niños tienen un alto propósito vital.
¿Existen realmente estos niños?
La teoría de los niños del tercer milenio aún no está demostrada científicamente. De hecho, estas cualidades y atributos pueden aplicarse a cualquier niño, en cualquier lugar y en cualquier momento. Por otra parte, hay que recordar que cada niño y cada persona son diferentes e irrepetibles.
Ser un niño cristal o índigo es simplemente una forma de describir las características psicoenergéticas. El objetivo de esta clasificación es comprender a estos pequeños, pero sobre todo, su mensaje.
La búsqueda de la mejora y el cambio social debe venir de las nuevas generaciones. Ellas tienen la llave para sensibilizar a sus contemporáneos y liderar grandes cambios.