Las señales que tu hígado esta mal, pueden ser muy similares a las de otras afecciones comunes. Sin embargo, es primordial conocerlas para consultar al médico de forma oportuna, de ser necesario empezar con un tratamiento.
¿Sabías como reconocer y detectar que tu hígado está mal? Existen varios transtornos que pueden comprometer la salud de este órgano.
Las funciones principales del organo es desintoxicar el cuerpo, la acumulaación escesiva de toxinas lo pueden deteriorar. De hecho, se puede sufrir de ataques por parte del sistema inmunitario, o bien tener descontroles por problemasa inflamatorios y sobrepeso.
¿Por qué se puede enfermar un hígado?
Es un organo muy complejo, que participa en varias funciones vitales del organismo. No solamente participa en el proceso de desintoxicación, sino que es clave para la digesticón de grasas, la segregación de hormonas y la prevención de infecciones.
A pesar de la gran acomplejidad, tiene pocas maneras de enfermarse, y los síntomas de las afecciones hepáticas tienen a ser similares. No obstante, hay que considerar que cada patología afecta de forma distnita y tiene diferentes consecuencias en el resto del organismo.
El hígado puede estar mal por diversas causas, entre las cuales cabe destacar las siguientes:
- Infecciones virales y bacterianas, como las hepatitis A, B y C.
- Consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
- Mala alimentación y consumo excesivo de grasa.
- Tabaquismo.
- Ingesta excesiva de medicamentos.
- Enfermedades autoinmunes.
- Exposición a ambientes contaminados.
- Sobrepeso y obesidad.
- Factores genéticos.
Síntomas que alertan que tu hígado esta en mal estado.
Los síntomas que alertan que tu hígado está mal pueden variar en función de la enfermedad que estás padeciendo. Sin embargo, muchas de estas manifestaciones son similares y requieren una evaluación médica para determinar su origen.
Se puede considerar que tu hígado está mal si percibes alguno de los siguientes síntomas:
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
- Náuseas y vómitos, sobre todo después de consumir alimentos irritantes y grasosos.
- Dolor de cabeza recurrente.
- Sensación de fatiga sin razón aparente.
- Desorientación y pérdida de la memoria.
- Mal aliento y sabor metálico en la boca.
- Piel y ojos amarillentos (ictericia).
- Orina oscura y cambios en los hábitos de micción.
- Pérdida del apetito.
- Aumento de peso.
- Heces amarillentas, grisáceas o blanquecinas.
- Inflamación abdominal.
- Digestión lenta y estreñimiento.
- Sensación de comezón por todo el cuerpo.
- Sudoración excesiva.
- Mal olor corporal.
- Cuadros frecuentes de acné.
- Sangrados digestivos.
- Infecciones o alergias cutáneas.
- Baja tolerancia a medicamentos, como los antibióticos.
- Cambios de humor repentinos, como irritabilidad y depresión.
- Edema o acumulación de líquidos en las extremidades.
- Aparición de moretones o hematomas con facilidad.
- Reflujo gastroesofágico.
- Descontroles metabólicos, como sobrepeso, obesidad y problemas de glucosa en la sangre.
Visita con un médico siempre, comentale tus síntomas y el te ayudará en el resto de tu proceso.