En Latinoamérica, expresión «No me vayas a salir con tu domingo siete», generalmente va dirigida a los jóvenes, advirtiendo sobre la posibilidad de un embarazo o cometa alguna equivocación.
Pues bien, la expresión «domingo siete» proviene de una tradición oral del medievo, una versión fue divulgada por los hermanos Grimm a finales del siglo
XVIII, la cual relata a dos amigos que se encuentran a un grupo de campesinos cantando: «Lunes uno, martes dos, miércoles tres, jueves cuatro, viernes cinco, sábado seis», y deciden interrumpir gritando:
«Domingo siete!», los campesinos molestos, le propinaron una tremenda golpiza, de la cual pudieron escapar, aunque tras el incidente, el
«entrometido» domingo 7, se hizo parte de la localidad y poco a poco llegó a otros lugares relacionándolo a «una metida de pata».
Pero, otra versión es que había un grupo de duendes que se encontraban en el bosque bailando y cantando una canción. Por el lugar, pasaba una joven, quien se escondió detrás de unos arbustos para observarlos.
Luego de un tiempo observando, la joven no pudo contener un impulso. Los duendes cantaron: «Lunes uno, martes dos, miércoles tres, jueves cuatro, viernes cinco, sábado seis»… hasta que la joven, atrapada por la melodía, saltó del arbusto y gritó
«¡Domingo siete!»
La interrupción le causó molestia y los duendes usaron su magia lanzando un hechizo sobre la joven para castigarla. Y el hechizo fue dejarla embarazada.