El reciente asesinato del mayor del Ejército Fabián Humberto Bueno Carranza y su hija menor en su apartamento en el norte de Bogotá ha dejado al país en estado de shock. Según el informe preliminar de Medicina Legal, difundido por la Revista Semana, la escena del crimen mostró una violencia extrema, con el mayor recibiendo más de 100 puñaladas y su hija menor 72.
En una audiencia de imputación de cargos, el hijo de 14 años del mayor Bueno Carranza confesó ser responsable del asesinato de su padre, de 42 años, y de su hermana de siete. Esta confesión aclaró la confusión inicial causada por los testimonios contradictorios entre la madre y el joven, quienes se culpaban mutuamente.
El informe de Medicina Legal detalla que el mayor Bueno Carranza fue atacado con múltiples armas blancas, resultando en un total de 117 puñaladas. Su hija menor sufrió una brutalidad similar, con 72 puñaladas en su pequeño cuerpo. Estos hallazgos fueron confirmados por los forenses, que calificaron las muertes como homicidios.
Bueno Carranza, un oficial en servicio activo del Ejército Nacional, llevaba una vida aparentemente tranquila y sin problemas familiares evidentes. Estaba cerca de la jubilación y no había señales de conflicto en su entorno personal o profesional. Sin embargo, el horror que se desató en su hogar la medianoche del pasado domingo cambió para siempre esta percepción.
El Ejército Nacional, tras conocerse los hechos, emitió un comunicado expresando su profundo pesar por la tragedia. “El Comando del Ejército Nacional lamenta profundamente los hechos en los que falleció el señor mayor Fabián Humberto Bueno Carranza y su hija, menor de edad. Así mismo, manifestamos nuestro apoyo irrestricto a las autoridades judiciales que adelantan la investigación de los hechos y que permitirán establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar que rodearon esta lamentable situación”, declaró la institución.
La Revista Semana obtuvo detalles adicionales sobre la investigación en curso. Los investigadores encontraron varias armas blancas en el lugar del crimen y rastros de sangre esparcidos por todo el apartamento, sugiriendo un acto de violencia prolongado y extremadamente violento. La esposa y madre de las víctimas, presente en el hogar durante el incidente, sufrió una crisis nerviosa y ha permanecido hospitalizada desde entonces.
Las autoridades han revisado las grabaciones de seguridad del conjunto residencial donde ocurrieron los hechos y entrevistado al personal de seguridad, quienes confirmaron que no hubo ingreso de ninguna persona ajena a la familia la noche del 28 de julio.
Aunque todas las evidencias apuntan al hijo menor del mayor como el autor del crimen, las investigaciones continúan para descartar la posible implicación de terceras personas. El juez ordenó que el adolescente sea recluido en un centro de detención transitoria mientras se desarrolla el juicio. La madre, quien también fue atacada por el joven, está recibiendo atención médica y psicológica en un centro de salud.
Vecinos de la familia informaron haber escuchado gritos y ruidos fuertes antes del hecho, aunque nunca habían notado conflictos familiares previos. Según los testimonios y la evidencia recolectada, el hijo mayor fue señalado como el presunto autor del homicidio. Tras ser descubierto, el joven también atacó a su madre, pero fue detenido por vecinos.
El medio de comunicación CityTv reveló que vecinos escucharon los gritos de la niña intentando esconderse en su cuarto, pero el joven logró entrar y cometer el crimen. La vecina agregó que la madre fue atacada al llegar a la casa, y que fue entonces cuando los vecinos intervinieron.
La tragedia ha generado un profundo impacto en la comunidad y en el país, destacando la necesidad de abordar temas de salud mental y conflictos familiares de manera más efectiva para prevenir futuras tragedias. La sociedad colombiana se encuentra en estado de duelo y reflexión ante este horrendo crimen.